Se trata de un instrumento de gestión y un arma muy útil para los departamentos de Recursos Humanos y de Administración de las empresas, y en ASISA somos conscientes de esto. Si el tomador de la póliza es la empresa supone una fuente de ventajas fiscales:
- No incrementa el importe de las aportaciones a cuenta de la Seguridad Social.
- Podrá deducir el 100% de la contratación de este servicio como un gasto social en la declaración del Impuesto de Sociedades.
- Contará con una herramienta de negociación salarial (ofrecer un seguro de salud supone un gasto menor que incrementar esa misma cantidad en el salario de un empleado).
Y también de ventajas sociales:
- Control del absentismo laboral: al no tener que esperar colas, las ausencias por visitas al médico serán menores. Las esperas en consulta y en pruebas de diagnóstico reduce la pérdida de horas de trabajo frente a otros sistemas más masificados
- Mejora la imagen de la empresa de cara a la competencia y a los empleados: se refuerza el compromiso del empleado con la empresa y disminuye la rotación de personal. Estos seguros son considerados como una atención de la empresa en el plano humano, lo que incrementa el sentimiento de fidelidad a la compañía.
Por otro lado, el trabajador obtiene otra serie de ventajas: Los primeros 500 euros destinados al pago de seguros médicos no tienen que ser incluidos en la declaración de la renta, por lo cual, la retribución que recibe el empleado es mayor, ya que no está sujeta a retención. Fomenta la conciliación: contarán con una ventaja social que, más allá de su ámbito laboral, revierte en todos los aspectos de su vida, pudiendo incluir en la misma póliza a todos los miembros de su familia. Se trata de un tipo diferente de remuneración muy bien valorado.